Parece
como sí de repente solo hubiera dos maneras de afrontar un partido, el
fútbol de toque, pase
corto, paredes y apoyos en pequeños espacios propio
del FC Barcelona, o el juego de movimientos veloces, desplazamientos
largos al espacio y un ritmo infernal en las jugadas de contraataque.
Exponente máximo el Real Madrid.
Barca que comenzó el juego corto |
En
el primero se emplean innumerables toques y pases en el segundo muy pocos,
aunque potentes y mas arriesgados. Barça y Real Madrid al mando de ambas operaciones.
Barcelona:
El fútbol control:
Ritmo
lento de juego.
Perdida
del balón en zonas muy lejanas a propia puerta.
Muchos
futbolistas alrededor del balón facilitan la presión total en la
pérdida.
El
contrario pierde toda iniciativa, se mueve en función de nuestro equipo.
Descanso activo de nuestro
equipo.
Búsqueda
pausada del hueco, el espacio o 2vs1
Mantener
el resultado.
Cambio
de ritmo en los metros finales con jugadas a un toque.
Serenar al equipo propio,
romper ritmo al contrario
Ataque
solidario: todos futbolistas participan en la creación.
Real
Madrid: Contraataque y velocidad.
Esperar
en defensa en lugares elegidos, donde están nuestras mayores fortalezas.
Presionar en esa zona y
salida de 4-5 futbolistas por todo ancho del campo cuando robo.
Inutilizar
tácticas de repliegue intensivo del contrario, no le da tiempo.
Aprovechar
nuestra superioridad física con un partido “a todo el campo”.
Desconectar
recursos defensivos habituales del
contrario se minimizan: permutas, coberturas, temporizaciones.
Creación
de espacios libres.
Cambios
de orientación.
Pases
al espacio y adelantadados
Al
final casi todo depende como siempre, de las actitudes y condiciones de
nuestros jugadores así como del grado de involucración y motivación que
podemos inculcar. Como siempre, el fútbol es un deporte colectivo que
se juega por once individuos únicos,
personales e irrepetibles.