No existe una relación causal directa entre haber sido jugador de élite y ser un buen entrenador. El éxito en el banquillo depende de múltiples factores como formación, liderazgo, táctica y gestión de grupo.
El caso de Gabi en Zaragoza reabre el debate sobre la relación entre éxito como futbolista y capacidad como técnico.Entrenadores Fútbol
La reciente destitución de Gabi como entrenador del Real
Zaragoza vuelve a poner sobre la mesa una realidad incómoda: haber sido un
jugador de élite no garantiza ser un buen entrenador. Gabi, internacional y
referente en el Atlético de Madrid, no ha logrado trasladar su liderazgo en el
campo al banquillo. El ejemplo más paradigmático sigue siendo Diego Maradona,
considerado por muchos el mejor jugador de la historia, pero con una carrera
como técnico marcada por la inestabilidad y los fracasos.
Esta desconexión se agrava por las ventajas que tienen los
exjugadores para obtener el carné de entrenador en España. Aunque deben cumplir
requisitos físicos y académicos, su experiencia como futbolistas les permite
acceder a niveles superiores con menos exigencias formales, lo que genera
desigualdad frente a quienes vienen del ámbito académico o amateur.
Siendo cierto que hay grandes entrenadores que hn sido jugadores de élite: Zidane, Guardiola, Ancelotti o Simeone.
Por otro lado, entrenadores como José Mourinho,Sampaoli, Rafa Benitez, Julian Nagelsmann o Maurizio Sarri han demostrado que el estudio, la táctica y la gestión pueden superar la experiencia en el césped. En contraste, leyendas como Ruud Gullit, Alan Shearer o Filippo Inzaghi no han logrado replicar su éxito como jugadores en los banquillos
Además, los exjugadores tienen ventajas para obtener el carné de entrenador en España, accediendo a niveles superiores con menos exigencias académicas, lo que genera desigualdad frente a quienes vienen del ámbito amateur o académico.